lunes, 23 de septiembre de 2024

Estrellas de fútbol

Astros

Estrellas

Míralos cómo brillan

Brillan sus frentes sudando

Brillan sus botas de colores

Astros

Estrellas

Astros circunvalando

Estrellas ardiendo a 15 millones de grados

A 15 millones de euros

Astros

Estrellas

Decid quién no soñó con ser un astro del balón

Una estrella que brilla en la noche más ocura.

martes, 3 de septiembre de 2024

La lengua de Cervantes

Yo hablo la lengua de Cervantes
Le saco la lengua a una señora que me cruzo por la calle y le digo Te estoy enseñando la lengua de Cervantes
No tienes que pagarme
Todo gratis
Cervantes está ahí abajo
Muy abajo
Siglos abajo
Está ahí
¿Le ves?
Debajo de términos como Booty Flow Molly
Ahí enterrado
Pero no se pudre
No
Nunca
Resplandece
Cómo brilla Cervantes
Deslumbra
Guapo y elegante.

miércoles, 28 de agosto de 2024

La risa...

La risa

Era malcarada

Y no quería darme fuego

El mechero es mío

No tuyo

Decía

Y yo no quería quemar Roma

Quería quemar políticos

Quería quemar banqueros

Y que las rosas más rojas de los jardines privados pincharan los dedos de las señoras peripuestas y perfumadas

Yo lo que quiero es que nos riamos nosotros

No ellos

Que se ríen tapándose la boca

Tapándonos los oídos

Les entregamos la casa de mis abuelos

Mi abuela se chupó el dedo para quitarse la alianza en la casa de empeños

Mis padres me compraron todos aquellos libros

Entonces no estaban prohibidos

Los leí despacio

Como ese que está mirando la repetición de un penalti a cámara lenta

Repetí algunas frases en sus cenas

Y me insultaron

Nombré territorios donde no hace frío

Y me levantaron de sus mesas

En las que solo había carne

Mis padres también me compraron toda aquella ropa

Pero no me dejaron entrar a sus fiestas

Toda aquella ropa

La uso ahora para calentarme

Y los libros los uso también

Ellos se ríen

Y me dan fuego.


viernes, 20 de julio de 2018

Playa de Aveiro, Portugal (4 de agosto de 2015). Alejandro Pérez-Paredes


Que somos místicos bromistas baratos
curanderos falsos falsos magos nos creemos
profeta y no llegamos a charlatán nos creemos
demiurgo y no llegamos a niño-destruye-hormigueros.

Y sin embargo aquí estamos
más allá del éter y más allá del wifi
una y otra y otra vez.


Alejandro Pérez-Paredes. Dios tenía la misma consistencia que el pato Donald. Esto no es Berlín Ediciones, 2018.




jueves, 19 de julio de 2018

Ocho y medio. Sergi de Diego Mas


No caben las paredes en la caja, ni mis biografías en
el buzón. Un brote esquizoide lo puede tener cualquiera.
El Dr. Jekyll y Mr. Hyde juegan al póquer con el correo,
intercambian sellos de Marilyn, desnudos, con las cartas
sobre la mesa:

hoy juego, hoy no. Hoy Fellini, hoy no.

En el circo, tres más cuatro son ocho y medio. Soñamos
con pintalabios, leemos parabrisas, practicamos sexo sin
distorsiones sentados en la silla de Charlie Rivel:

hoy te amo, hoy no. Hoy Fellini, hoy no.

El payaso ateo calcula cuánto pesa la verdad.

Como el esquizofrénico que canta en las misas de
domingo. Fellini remezclará la historia, beberá sediento
de un cáliz de murmullos y creará este poema de dilemas
rutinarios: hoy imagen, hoy no.

La diferencia entre hoy y mañana puede ser una

o ninguna.


Sergi de Diego Mas. Cinemascope. Ediciones Trea, 2018.




miércoles, 11 de julio de 2018

100. Manuel Vilas


100

Hay muertos que mueren con la aprobación de los vi-
vos y otros que no: muertos calificados de grandes hombres
y muertos calificados de hombres perversos, pero una vez
que entran en la muerte toda descripción o enjuiciamiento
o discernimiento moral se queda fuera, y solo persiste la
igualdad en la putrefacción de la carne; a la putrefacción de
la carne no le importa la bondad o la maldad moral que habi-
tó en el cuerpo muerto. Pero si los vivos te quieren, el que va
a morir muere más tranquilo, y eso cuenta.
Después, no hay nada.
El perverso se pudre de la misma forma que el bonda-
doso.
No sé si los insectos necrófagos notan la diferencia en-
tre la bondad y la maldad; aterra pensar que no la noten,
aterra pensar que la espuma amarillenta y la grasa conver-
tida en jabón de un cadáver bondadoso sean las mismas que
las de un cadáver maligno; que el bien y el mal no estén di-
ferenciados a través de putrefacciones diferentes; que el bien
y el mal acaben en la misma pestilencia, en el mismo tipo
de larvas y hongos.
Tal vez por eso hice bien quemándolos, pero no lo creo.


Manuel Vilas. Ordesa. Alfaguara, 2018.
   

viernes, 6 de julio de 2018

59. Manuel Vilas


Un día dejó de preocuparse de su coche. un Seat Má-
laga antiguo. Siempre se había angustiado por su coche
obsesivamente, por cuidarlo, por tenerlo siempre en per-
fecto estado. Lo abandonó en un garaje y dejó de conducir.
Fui yo mismo a ver el coche, y estaba lleno de polvo.
Se lo dije: "Papá, el cohe está lleno de polvo".
Me miró, y parecía que eso sí le hacía mella.
"Era un buen coche, haz lo que quieras con él", dijo.
Cuando se desentendió de su coche, supe que mi pa-
dre iba a morir pronto; supe que eso era el final.
Fue uno de los momentos más tristes de mi vida, mi
padre me estaba diciendo adiós por una máquina inter-
puesta.
En vez de decirme: "Tenemos que hablar, esto se aca-
ba", me dijo: "Era un buen coche". Dios mío, cuánta her-
mosura. Viniera de donde viniera el espíritu de mi padre,
estaba tocado del don de la elegancia, del don de lo inespe-
rado, de la ingenua originalidad.
Del estilo.
Me senté en una silla de la cocina, y me lo quedé mi-
rando. Me puse muy nervioso. Me angustié mucho. Solo
yo en todo el universo sabía lo que significaban esas pala-
bras, "haz lo que quieras con él".
Me estaba diciendo algo devastador: "Haz lo que quie-
ras conmigo, no percibo tu amor".
No percibo tu amor.
No te amé lo suficiente, y tú a mí tampoco.
Fuimos condenadamente iguales.


Manuel Vilas. Ordesa. Alfaguara, 2018.

jueves, 21 de junio de 2018

La casa hipotecada. Joseph Wilson


La entrada es un carnero dorado
La entrada es una canoa
La entrada es la trompeta de Miles Davis.
Considera la impresión que dejará
Considera cómo será llegar desde el trabajo.
Gira a la derecha después del umbral.
Encuentras tu dedo gordo en un trile
Encuentras tu nombre en un himno
Encuentras a un amigo que habías perdido.
Toma nota del espacio que sobra
Toma nota del espacio para compras.
Tenemos aquí las sandías
Tenemos aquí el axis mundis.
Tenemos aquí el bañador mojado de Liz Taylor.
Adelante. Empuja fuerte. ¡Voilá! 
El armario es un caleidoscopio
El armario es una locomotora rusa
El armario es una red de trapecio.
Has de bañarte en la piscina.
Podrías perderte en la hiedra
Podrías perderte en la nubosidad.
Ahora sube la torre.
No eres tonto. Sabes
Aquí es donde se observa la lluvia
Aquí es donde el sexo ocurre
Aquí es donde la noche cae primero.
Deberías firmar todas las copias
Deberías verte la cara.
La casa es un helecho
Es la cueva de Platón
Es un juramento
Es un bote de mermelada abierto
Es el aura de Charles de Gaulle
Es una mano es una cabeza
Con ojos, nariz y boca.


Joseph Wilson. EL ROSA EN LOS FLANCOS DE LAS TRUCHAS. Esto no es Berlín Ediciones, 2017.


jueves, 8 de marzo de 2018

AMA DE CASA. Anne Sexton


Algunas mujeres se desposan con casas.
Es otro tipo de piel; tiene un corazón,
una boca, un hígado y movimiento intestinal.
Las paredes son permanentes y rosas.
Mira cómo se asienta en sus rodillas todo el día,
fiel se limpia a sí misma de arriba abajo.
Hombres entran por la fuerza, volviendo como Jonás
hacia dentro de la madre carnal.
Una mujer es su madre.
Eso es lo más importante.


Anne Sexton. POESÍA COMPLETA. Ediciones Linteo, 2013.

domingo, 21 de enero de 2018

COME WITH ME

COME WITH ME

Come with me
I´ll take you beyond their reach
Far away from this Japanese fake foods world
My head is a globe
Come on
Spin it!
Mark a place where you have been happy
Close your eyes
I´ll depict its fires

Come with me
Let´s bury in the desert this golden crown
Where nobody will ever find it
See this 15 square meters apartment?
It´s a spaceship
Come on in!
We´ll leave behind this leather planet

Come with me
I´ll show you the church where my parents got married
The office where I got fired
Come home with me
They can keep on feeding the beast
We´ll live on popcorn

Come with me
You haven´t looked them in the eye yet?
No one will notice


Del poemario inédito "WAITING FOR THE BAND (20 LYRICS WITHOUT MUSIC)".

jueves, 18 de enero de 2018

LA NOCHE ESTRELLADA. Anne Sexton


Esto no impide que yo tenga una terrible necesidad
de - ¿debo decir la palabra?- religión. Pues salgo
fuera de noche y pinto las estrellas.
VINCENT VAN GOGH en una carta a su hermano

La ciudad existe sólo
allí donde un árbol de hojas negras crece
como una mujer ahogada hacia el cielo ardiente.
La ciudad está en silencio. La noche hierve con once
estrellas.
¡Oh, noche estrellada, noche estrellada! Así es
como yo quiero morir.

Ella se mueve. Todo está vivo.
Incluso la luna se hincha en sus hierros naranja
para pujar niños, como un dios, desde su ojo.
La vieja serpiente oculta se traga las estrellas.
¡Oh noche estrellada, noche estrellada! Así es
como yo quiero morir:

dentro de esa bestia precipitada de la noche,
sorbida por el gran dragón, separarme
de mi vida sin bandera,
sin vientre,
sin grito.


Anne Sexton. POESÍA COMPLETA. Ediciones Linteo, 2013.



lunes, 30 de octubre de 2017

37. Anne Carson


En un inicio, Albertine carece de individualidad. De hecho,
Marcel no puede distinguirla de sus amigas, ni recordar sus
nombres, ni decidirse por una a la cual perseguir. Ellas forman
un friso en su mente, mientras empujan sus bicicletas por la
playa con las olas azules rompiendo detrás.


Anne Carson. Albertine. Rutina de ejercicios. Vaso Roto Ediciones, 2015.

martes, 3 de octubre de 2017

VERANOS DE CARTÓN


Quemamos agosto
Ardió la fe
Vi que mi helado
Goteaba en tu pie

Hay un tesoro
Por descubrir
Brilla de noche
Cerca del mar

Veranos
De cartón
Que ardieron
Con fruición

Quemamos agosto
Ardió el disfraz

El rey mendigo
Me dio una vid
Y su corona
Del Burger King

Veranos
De cartón
Que ardieron
Con fruición


lunes, 7 de agosto de 2017

AUTORRETRATO A LOS CUARENTA. David González


la luz del sol no quiere ni verle delante:

con las manos en los bolsillos del delantal se retira
disgustada por entre las rendijas de la persiana
rota: los cristales comienzan a empañarse:
la humedad se granjea el afecto
de varias especies de hongos muy pequeños que
a su vez traen consigo a unos insectos diminutos
que se comen el polvo de los libros pero también
sus letras sus palabras y las historias
que se preservan en sus páginas amarillentas:

las puertas del armario ropero empotrado
contra la pared no en ella están abiertas del todo:
dentro no hay nada: tampoco se ve a nadie:
el monstruo del armario está fuera solo a oscuras nadie

a quién asustar:


soy un personaje al que dejaron olvidado fuera del alcance de la vista:
hayashi fumiko:


David González. SIGUIENDO LOS PASOS DEL HOMBRE QUE SE FUE. LOS QUE VIVEN CONMIGO: 4. Canalla Ediciones, 2017.






miércoles, 5 de julio de 2017

Dichosos días fatales... Nacho Vegas


*

Dichosos días fatales
en los que deseo huir del mundo.
No soy capaz del más leve contacto humano.
El teléfono es una araña que hace
su trabajo, tejiendo su tela,
y de la que procuro mantenerme alejado.

O me convierto en mosca, y entonces
la araña es real y gigante y se aproxima
dispuesta a devorarme. No,
solo es un momento de terror.
Uno de cuántos más todavía.
Me asqueo de mi mismo cuerpo
y el aire aquí dentro se parece más a un hedor
nocturno.

Pero entonces veo nacer el alba
y siento por el mundo cercano
una vaga y condescendiente esperanza.


Nacho Vegas. REANUDACIÓN DE LAS HOSTILIDADES. Espasa Libros, 2017.



viernes, 30 de junio de 2017

Paseamos entre los viñedos... Nacho Vegas


*

Paseamos entre los viñedos que se encuentran a la
vera del hotel.
El paseo está señalado. Advierto una lata de Nestea
que alguien ha arrojado entre dos parras.
Pero todo parece armonioso y bien calculado: un
lugar bajo el que besarse a la luz de la luna.
La noche es clara; contemplamos las estrellas y me
enseñas las constelaciones.
Soy incapaz de sentir gran cosa, y ya lo siento. Me
muestras la de la Osa Mayor,
que se me antoja un carrito del Carrefour.
Más allá de eso no significa nada para mí.
Ninguna de tus preguntas encuentra respuestas aquí,
y me temo que tampoco en ningún otro lado.
He perdido el tiempo, lo he consumido.
No puedo volver atrás y recorrer los caminos que no
quise transitar
y tampoco puedo desandar lo andado hasta ahora.
Sin posibilidad de hacer ni de deshacer, ¿qué me queda?
Solo un deseo, una pulsión.
Pero el sitio al que quiero ir
no está en ninguna de las cuatro direcciones.


Nacho Vegas. REANUDACIÓN DE LAS HOSTILIDADES. Espasa Libros, 2017.





lunes, 29 de mayo de 2017

Veo un bosque... Agustín Fernández Mallo


Veo un bosque y algo más vivo dentro.

Por otra parte, la casa de campo, de estar viva lo está por la
continua agresividad de lo que tiene afuera: incesantemente es co-
mida por los elementos, se diría que la propia tierra la devora. El
árbol es devorado por la naturaleza, y no importa, todo él regresa
de algún modo a una red de causas y efectos que lo restituye: un
árbol es un objeto en cierto modo elástico, recupera su forma ori-
ginal, no aumenta la entropía del Universo. Pero la casa de campo,
primero será pulida, luego lijada, más tarde bombardeada y final-
mente derruida por el viento, el sol y la lluvia, y jamás volverá a ser
casa, e incrementa así el desorden del Universo. En suma: la carne
es una fábrica de carne, la madera es una fábrica de madera, pero la
casa de campo es una fábrica de entropía. Algo no menos cierto:
también el perfume de las flores en realidad es el proceso de putre-
facción de sus pétalos. (Fósiles blandos, 2)


Agustín Fernández Mallo. Ya nadie se llamará como yo + Poesía reunida (1998-2012). Seix Barral, 2015.





domingo, 21 de mayo de 2017

Como si un cuadro... Agustín Fernández Mallo


Como si un cuadro que parece de Hockney trajera
el aroma a cloro de todas las piscinas de Los Ángeles
y algo despegara definitivamente en mi cabeza,
el magnífico splash de una posguerra de la que sólo sé
por fotografías.
Mi rostro no anuncia nada que merezca la pena, el sol
viene quemando cuantas historias cedimos al sistema solar,
en su jersey crecían nubes de lana, tomarían
en las radiografías todas las formas conocidas, tampoco olvides
el órgano interno y democrático que tardarás años
en reconocer como tuyo:
es su último corazón eléctrico lo que ahora
echas en falta. Partía cada noche
una manzana en cuatro hemisferios, como si multiplicara
mapas y sueños de vecinos que ya dormían.
Y yo miro todo eso desde el interior de una radiografía,
pasa una vaca, sus ubres mojan la noche y nadie sabe
dónde va esa vaca si esto no es la India.


Agustín Fernández Mallo. Ya nadie se llamará como yo + Poesía reunida (1998-2012). Seix Barral, 2015.





domingo, 7 de mayo de 2017

EUROPA BULÍMICA



Asco.
Siento un profundo asco.
Ya todo se reduce a números.
Se llamaba Aylan.
Tenía cinco años.
Números.
Fortalezas.
Cada vez más pequeñas.
Fortalezas mustias.
Cuerpos mustios.

Qué asco de vida.
Eso dice la prostituta que vive debajo de mi casa.
No lleva encajes.
Lleva chándal.
Está sentada todo el rato, es tremendamente gorda.
Necesita un cuerpo nuevo.
El estuche.
Todo el kit de bricolaje.
Necesita un hombre nuevo.
Si vive para verlo.
Tiene 70 años.
Seguro que tiene muchos menos.
Pero cumple 70 años cada año de su puta vida.
Números

Daniel Heras. Memoria de la obra “Fortaleza Europa. Cantar de los cantares de la fragmentación”, de Tom Lanoye. Representada en la sala Valle-Inclán de la RESAD, Madrid, 2017. (Fragmento)

Como en Tetris
Apilan los cuerpos
Desechables

Las mujeres
Abren un casino
En sus cuerpos

Recibimos
El cuerpo de Cristo
En bolsas del Zara

Estipulan
La verdad del cuerpo

lunes, 17 de abril de 2017

DESPRENDIMIENTO DE ONDAS



Te vi volver
De fiesta ayer
Con un tacón
Partido

Pude contar
Los cigarros
Que te esperé
En tu portal

Faldas negras
Son mínimas
Con calor de
Microondas

Bañistas que
Secaron el
El mar

Fascistas en
Televisión
Cadáveres
Rolex falsos

Hay euros que
Te rompen el
Alma

jueves, 6 de abril de 2017

Camden. Manuel Vilas



La casa de Walt Whitman en Camden está cerrada.

Algunos vagabundos merodean en el entorno y nos miran
con el rostro arrasado, el buen rostro arrasado
que la concepción de sus padres les regaló
y fue el peor regalo de sus vidas; y también el único regalo
y el último; el que volverán a ver los ángeles alargados
de los sepelios rutinarios de los servicios sociales.

Un vagabundo me pregunta que si soy chino.

Ojalá lo fuera, y así quitarme de encima la peste de España.

Camden es un suburbio, como mi sagrado corazón.

La casa de Walt Whitman está rodeada de miserables.

Borrachos, vagabundos, negros, hispanos, sacerdotes
de la última voluntad de Jesucristo que no fue
el perdón de los pecados ni la resurrección de los muertos
sino la destrucción y la nada
y el castigo y el predominio del mal, su expansión,
su rigor, su inteligencia, su laboriosidad.

Llamamos a un teléfono que salía en internet
para concertar una cita, pero no pudo ser:
América olvidó a su poeta, y yo lo celebro,
y me alegro, porque nadie merece memoria.

El cielo arriba esconde la nube que te esconde.

Tengo hambre de la sangre de las grandes gradas
donde el empeño ya se desvanece y da paso al ingenuo sol.

Los ríos de la tierra, ¿dónde perseveran?

La basura corre por la calle de tu casa en Camden
y es bella porque no hay voluntad en sus adentros.

Me gusta sonreír al misterio, para que el misterio
se dé cuenta de que no hay miedo ni obstinación en mí.

Fuimos al cementerio y estabas allí, lleno de hojas secas.

Si hubieras sacado la mano de la tumba, te la hubiera
retorcido, porque nadie merece la resurrección de la carne.

Había frente a tu tumba un lago
con cisnes envejecidos, sordos, amarillos.
Envidié el reino animal y el agua, inerte.

Estabas enterrado con tu familia.

También envidié eso: estar allí con tu gente, si es que existió
tu gente; pensé en familiares comidas de domingo
en soleados días de junio, en risas, en abrazos, en amor.

Había lápidas con varios Whitman,
primos y sobrinos y hermanos,
y tíos y abuelos y cuñadas,
no lo sé,
todos pudriéndose juntos.

Había la luz en todas las cosas,
alumbrándolas
para nadie.

No te mereces este poema porque estás muerto.

Y los muertos no sirven para nada.

Dile a mi padre que yo también soy un poeta.

Anda, hazme ese favor, díselo, con cariño.



Manuel Vilas. América. Círculo de Tiza, 2016.



lunes, 20 de marzo de 2017

CASAS DE VERANO EN INVIERNO


Bares
Que se traspasan
Las burbujas Freixenet
Se salieron del vaso

Muebles
Bajo sábanas
Son como fantasmas
Chillando Boo!

Ryu y Ken
Luchando en mi niñez
Cuando
Las pistolas disparaban agua

Tengo
Una casa en venta
En la lengua
Las chicas vienen a verla
Entran
Hurgan y la ensucian
Se lo pensarán
Nunca logro venderla

En sus
Ojos ebrios
Vi una
Mezcla de culpa y euforia

domingo, 26 de febrero de 2017

Baltimore (fragmento). Manuel Vilas


Los nuevos miserables se extienden por todo el pla-
neta. Viven debajo de los puentes de las circunvalaciones
diabólicas. Viven rodeados de basura. Han firmado un
pacto con la basura. La basura les deja vivir dentro de ella
sin matarlos de enfermedad, de frío o de hambre. Porque
en la basura hay comida, ropa vieja, colchones podridos
pero que aún son capaces de calmar el cansancio de un
cuerpo miserable.
La basura tiene piedad, nosotros no.


Manuel Vilas. América. Círculo de Tiza, 2016.





domingo, 19 de febrero de 2017

Houston (fragmento). Manuel Vilas


De regreso al Hilton, me quedo mirando por los ven-
tanales de mi habitación, y siento esa lucha horrible entre
pobreza y riqueza, esa lucha en donde se nos va la vida,
porque no existe la salvación personal, no existe la solu-
ción privada. Por muy buena que sea tu vida, de nada sir-
ve si tu vida se cumple en mitad de la tristeza de millones
de seres humanos.


Manuel Vilas. América. Círculo de Tiza, 2016.




jueves, 16 de febrero de 2017

Memoria "Fortaleza Europa". Daniel Heras


 Asco.
Siento un profundo asco.
No es malo.
Mientras estés conforme con el objeto de tanto asco.
Te imaginas sentir amor por el niñato que quemaba vagabundos?
Lo ves salir del cajero. Mecha en mano, sonriendo. Te mira y sonríes también. Chas! Un flechazo. ¿Cómo podrías vivir con eso? Con asco, ¿no?
Asco.
Pues eso.
Hay muestras de asco bellísimas, igual que de odio.
Bellísimas.
Porque la belleza se pudre, como el cabrales. Cuando la miras.
Aquí más.
Por eso aquí no se mira nadie. Al menos de frente. Cuando te das la vuelta, sí. Sientes los ojos de los cobardes. Pero eso no cuenta.
Por eso hay que irse.
A Shangái, a Casablanca.
A mí qué más me da.
Cien millones de muertos.
Tres millones de judíos.
Ya todo se reduce a números.
Por eso dominan el mundo los economistas, ¿no? Algo tendrá que ver con eso.
Yo no sé mucho, pero algo sé. De vez en cuando leo un libro.
Se llamaba Aylan.
Pues vale, a mí qué.
Tenía cinco años.
Joder.
Cinco?
Números.
Cien millones.
¿Con qué vas a compensar eso?
¿Con hacer una obra más o menos buena?
Con echarle ovarios.
Diez mujeres asesinadas por sus parejas en 2017.
Mes y medio (no llega).
Aquí.
¿Con qué vas a compensar eso?
Esto es una puta fortaleza y quiénes están encerrados, ¿los de dentro o los de fuera?
Que vengan.
Vallas, muros de ladrillo, alambradas de espino, casas tapiadas… Perros guardianes.
 Un bar que cambia de nombre.
¿Cuántas veces has dicho?
Puedo enseñarte las cicatrices.
¿Cuántas?
Europa es una ramera y Le Pen va a ser su chulo.
Amanecer Dorado.
Parece el nombre de una residencia de ancianos.
La vieja Europa ya tiene habitación, se lo ha currado.
Amanecer Dorado.
 Parece el nombre de una agencia de viajes.
Billetes de ida.
En stock.
A cualquier parte, ¿a mí qué más me da?
A Shangái. A Casablanca. A Murcia.
¿En Murcia hay teatros?
Cien millones.
¿Cuántos?
Sólo en este continente. Del resto no hablo.
No contamos el último año.
No contamos nuestros mares.
Los mares también están raídos. También son putas, bares, cementerios de coches abandonados.
De cadáveres abandonados.
Eso también aquí.
También aquí somos desmemoriados.
¿Dónde está Lorca?
¿Quién?
Se llamaba Lorca, lo mataron.
Pues vale, a mí qué.
¿Con qué vas a compensar eso?
Haciendo la mejor función del mundo.
¿Una? Haciendo la mejor función del mundo cien millones de veces.
En Murcia, en Surabaya, a mí qué más me da.
Aprendiendo a tocar el violín.
¿Uno?
Aprendiendo violín en tres, en dos, en un día.
Aprendiendo a tocar un violín Steiner de 1692.
Un violín de trescientos veinticinco años en un día.
¿Cuántos?
Con el Stradivarius haremos astillas.
Una vía, una topera, un paso, una balsa de madera para que se evacúe África.
Aquí.
En el Titanic tocaban violines.
 Aquí no.
En nuestro barco se oirán los violines crujiendo y restallando por el peso de las pisadas.
A cachos.
 En la topera, en la vía, en el paso. En la balsa donde se evacúa África.
Camino de la gran Fortaleza.
Cagándose y meándose encima.
Durante semanas.
¿Cuántas?
Al otro lado de la muralla se oyen cosas.
Muros de ladrillo, alambradas de espino y perros guardianes.
Se oye a Mozart, a Schubert, a Beethoven.
Se oye a Aylan, a Jamal, a Fatma.
En la puta inmensidad del Mediterráneo se oyen los violines Stradivarius a las 3 de la mañana.
Pero nadie los toca.
Aquí crujen.
Las vías son balsas y las estaciones son CIEs.
Centros de Internamiento para Extranjeros.
Números.
Centros de Internamiento para Europeos.
Fortalezas.
Cada vez más pequeñas.
Fortalezas mustias.
Cuerpos mustios.
Residencias Amanecer Dorado.
Las residencias mejor fortificadas del mundo.
Herméticos vagones para ganado.
Que vengan.
Naciones en combate.
Hemos fracasado.
Un tiempo desquiciado.
¿Desde cuándo?
El cuerpo y el corazón.
África y Europa.
El uno contra el otro.
Microsoft va a crackear el código genético.
¿No lo sabías?
Cra-qué…
El código genético de las células cancerígenas.
Primero las crackean y luego las reprograman.
Viviremos muchos años.
¿Cuántos?
Todos los que queramos.
¿Cien mil millones?
Ya no hay límites.
Si no hay límites en cuanto al cuerpo, ¿qué otros límites hay?
Qué asco.
Exacto.
Qué asco de vida.
Eso dice la prostituta que vive debajo de mi casa.
No lleva encajes.
Lleva chándal.
Está sentada todo el rato, es tremendamente gorda.
Necesita un cuerpo nuevo.
El estuche.
Todo el kit de bricolaje.
Necesita un hombre nuevo.
Si vive para verlo.
Por eso dice lo que dice.
El público se acojona.
No por la puta.
Por los números.
A ella ni la miran cuando dice lo que dice.
Qué asco.
Por ella no te dan subvención.
Necesita que la reprogramen.
No puede estar y que ellos la miren.
No puede irse y que ellos lo sepan.
Entonces…
A mí qué.
Tiene 70 años.
¿Cuántos?
Seguro que tiene muchos menos.
Pero cumple 70 años cada año de su puta vida.
Hay perspectivas mejores.
Hay hombres que luchan un día y son buenos.
 Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
 Pero hay los que luchan toda la vida. Esos son los imprescindibles.
Bertolt Brecht.
¿Quién?
Eugen Berthold Friedrich Brecht.
No puedo luchar más.
Eso lo escribió Virginia Woolf.
A su marido.
No creo que dos personas pudieran haber sido más felices.
Eso también.
En su carta de suicidio.
¿Cuántas?
Una carta.
Dos personas.
¿Eso es todo?
Aquí están las cartas.
Con nombres y apellidos.
Virginia y Leonard.
A algunos los salvé.
Números.
El amor da siempre más de lo que pide.
Leed las cartas.
Me esperaba algo más.
Siempre.
El público se acojona.
No por la obra.
La obra es muy Centroeuropea.
El mar es muy Mediterráneo.
Los cementerios son bonitos.
Nuestra arquitectura no es del todo fea.
Los mares son cementerios.
No vengas tú con esperanza a Schopenhauer.
Vámonos.
Errad.
Es lo que más voy a echar de menos.
¿El qué?
Todo.
¿Y ahora?
La mejor función del mundo.
Siempre.
Nuestra función.
Qué asco.
Gracias.


Daniel Heras. Memoria de la obra "Fortaleza Europa. Cantar de los cantares de la fragmentación", de Tom Lanoye. Representada en la sala Valle-Inclán de la RESAD, Madrid, 2017.

sábado, 11 de febrero de 2017

Olvidados en el bahúl \ Toy (SEX - LIES - PAIN) Story. Ana Patricia Moya


Los adultos son eternos niños
que tratan a hombres y mujeres como muñecos rotos,
exiliados en un sucio trastero,
sólo recuperados cuando se extravían los juguetes nuevos
y con un previsible destino: el contenedor de la basura.

Somos objetos divertidos en manos
de seres mutilados con corazón de trapo,
que sin piedad descosen una fe tierna
que aún resiste, a duras penas

somos blasfemos que albergan la tímida esperanza
de hallar al legítimo propietario de nuestra herida
que nos acurruque en su regazo y nos murmure:

"este es nuestro hogar".


Ana Patricia Moya. Píldoras de papel. HUERGA Y FIERRO EDITORES, 2016.






viernes, 10 de febrero de 2017

REVISTA GROENLANDIA, 17 (SUPLEMENTO)


Mostrando PORTADA SUPLEMENTO GROENLANDIA 17.png



SUPLEMENTO DE REVISTA GROENLANDIA 17


Con colaboraciones de:


Ana Patricia Moya, Ángel Silvelo, Celia Munera, Michel Noguera, Manuel Molina, Rosario Troncoso, Juan Cruz López, Marian Raméntol, Beatriz Pérez, Michele Mimmo, Tomás Soler Borja, José Pastor González, Juan García López, Javier Úbeda Sánchez, Antonio Cruz, Silvia Pastrana, Ángel Rodríguez, Cristian Acevedo, Adolfo Marchena, Carmen del Río Bravo, Rafael Indi, Fabiana Iglesias, María Góngora, Francisco Priegue, Mer González, Rubén Casado, Iker Pedrosa, Ignacio Ballester, Jesús Cárdenas, Noel Pérez, Daniel MacMillen, Isabel Tejada, Lola Crespo, José Ángel Conde, Laura García, Enrique Trenado, Ballerina Vargas, David González, Romina Cazón, Sensi Budia, Antonio Báez, Rosa Silverio, Francisco David Murillo, Pablo Díaz González, Francisco Jiménez Cifuentes, Javier García y Alfonso Vila Francés.

Disponible en:





domingo, 22 de enero de 2017

IV. Gerardo Grande


La noche arde y desde aquí escribo
escribo lejos de casa
Aprendí que no hay negro y blanco
ni izquierda ni derecha
sólo hay arriba y abajo
y abajo significa estar muy cerca del infierno


Gerardo Grande. La edad atómica. La Bella Varsovia, 2014.



miércoles, 11 de enero de 2017

¡Dios salve a la reina de corazones! Ana Patricia Moya


Se pavonea, extravagante
con su pelo de estropajo
y su lengua de víbora
por antros de carne muerta.

¡Dios Salve a la Reina de Corazones!

El amor es
cosquillitas en el clítoris,
promete puras emociones
y asola sonrisas.

¡Dios Salve a la Reina del coño insatisfecho!

Desdichadas Alicias que se topan
en su camino de baldosas azules,
la muy puta escupe delirios
y los pobres acaban con el alma
partida en dos.

¡Dios Salve a ese asqueroso trozo con patas!

En mi travesía surrealista,
tuve la desgracia de soportar su sentencia:
me cortó la cabeza.

Pero la recuperé
-no preguntéis cómo-,
                                    y aquí estoy,
entre las paredes de este jodido manicomio
que llaman vida,
con una corona del Burguer King
y un cetro de plástico barato.

                                               Yo soy reina de mi destino.


Ana Patricia Moya. Píldoras de papel. Huerga y Fierro Editores, 2016.







  







jueves, 5 de enero de 2017

Morning (fragmento). Simon Stephens


Stephanie    All music is shit and all art is shit and all theatre
is shit and all television is shit and all sport is shit and all
cinema is shit. The food is shit and everything is fucking shit.
The streets and the furniture and computers and everybody is
just stuck inside a vacuous vapid hole of just fear and horror
and nasty fucking rancid vile shit. And there is no connection
with anything and there is no future and all of the city is full of
shit and there is waste everywhere and if I could I´d take all
the waste that´s gathered in the cities and put it into landfills
and pour it out into the streets so that people can know what
they have wasted every day and see the hundred million
tons of shit every year put into the ground. You could make
mountains of shit. You could sculpt the Alps out of shit. You
could poison the seas with shit. And everybody wants a
hopeful ending and there won´t be one. We have a decade.
And then everything will retract. Everybody wants a message
and there is none. Everybody wants hope shining through the
darkness and there isn´t any. And we could take to the streets
but it won´t change anything. We could form a protest movement
and it won´t change anything. We could stand on the streets
and give out flyers and it won´t change anything. We could
refuse to vote in the next election. We could all of us vote in
the next election. We could burn down polling booths in the
next election. We could smash in shop windows. We could
repair all the shop windows. We could set fire to cars. We
could repair all of the burned-out cars. We could recycle.
We could refuse to recycle. None of it will change anything.
There is only terror. There is no hope.


Simon Stephens. Morning. Bloomsbury Publishing, 2012.