Tú eres hardcore.
Me la pones dura.
Ponle el título a la obra y yo interpretaré el papel.
Parece ser que te vi en un sueño húmedo adolescente,
me gusta tu modelito, ya sabes a qué me refiero.
Lo deseo mucho,
lo deseo ahora.
Oh, ¿acaso no ves que ahora estoy preparado?
He visto todas las fotos,
las he estudiado durante una eternidad.
Quiero hacer una película, así que protagonicémosla juntos.
No te muevas hasta que diga "Acción".
Aquí llega la vida hardcore.
Pon el dinero donde esta noche está tu boca.
Déjate el maquillaje puesto y yo dejaré la luz encendida.
Ven aquí, cariño, y habla en dirección al micro.
Oh sí, ahora te oigo,
va a ser una noche tremenda.
No puedes ser una espectadora, oh, no.
Tienes que tomar estos sueños y completarlos.
Esto es hardcore:
ya no hay vuelta atrás para ti.
Esto es hardcore:
esto soy yo encima de ti.
Y no puedo creer que me llevara todo este tiempo.
Que me llevara todo este tiempo.
Esto es el ojo de la tormenta,
es por lo que pagan los hombres en gabardinas manchadas,
pero aquí dentro es puro.
Esto es el final definitivo.
He visto desarrollarse el argumento tantas veces antes:
Eso va ahí dentro,
y después eso va ahí dentro,
y después eso va ahí dentro,
y después eso va ahí dentro,
y entonces se acaba.
Oh, que pedazo de actuación,
pero lo que yo quiero saber es:
¿Qué haces exactamente por un bis?
Porque esto es hardcore.
Jarvis Cocker. Madre, hermano, amante. Random House Mondadori, 2012.