viernes, 20 de julio de 2018

Playa de Aveiro, Portugal (4 de agosto de 2015). Alejandro Pérez-Paredes


Que somos místicos bromistas baratos
curanderos falsos falsos magos nos creemos
profeta y no llegamos a charlatán nos creemos
demiurgo y no llegamos a niño-destruye-hormigueros.

Y sin embargo aquí estamos
más allá del éter y más allá del wifi
una y otra y otra vez.


Alejandro Pérez-Paredes. Dios tenía la misma consistencia que el pato Donald. Esto no es Berlín Ediciones, 2018.




jueves, 19 de julio de 2018

Ocho y medio. Sergi de Diego Mas


No caben las paredes en la caja, ni mis biografías en
el buzón. Un brote esquizoide lo puede tener cualquiera.
El Dr. Jekyll y Mr. Hyde juegan al póquer con el correo,
intercambian sellos de Marilyn, desnudos, con las cartas
sobre la mesa:

hoy juego, hoy no. Hoy Fellini, hoy no.

En el circo, tres más cuatro son ocho y medio. Soñamos
con pintalabios, leemos parabrisas, practicamos sexo sin
distorsiones sentados en la silla de Charlie Rivel:

hoy te amo, hoy no. Hoy Fellini, hoy no.

El payaso ateo calcula cuánto pesa la verdad.

Como el esquizofrénico que canta en las misas de
domingo. Fellini remezclará la historia, beberá sediento
de un cáliz de murmullos y creará este poema de dilemas
rutinarios: hoy imagen, hoy no.

La diferencia entre hoy y mañana puede ser una

o ninguna.


Sergi de Diego Mas. Cinemascope. Ediciones Trea, 2018.




miércoles, 11 de julio de 2018

100. Manuel Vilas


100

Hay muertos que mueren con la aprobación de los vi-
vos y otros que no: muertos calificados de grandes hombres
y muertos calificados de hombres perversos, pero una vez
que entran en la muerte toda descripción o enjuiciamiento
o discernimiento moral se queda fuera, y solo persiste la
igualdad en la putrefacción de la carne; a la putrefacción de
la carne no le importa la bondad o la maldad moral que habi-
tó en el cuerpo muerto. Pero si los vivos te quieren, el que va
a morir muere más tranquilo, y eso cuenta.
Después, no hay nada.
El perverso se pudre de la misma forma que el bonda-
doso.
No sé si los insectos necrófagos notan la diferencia en-
tre la bondad y la maldad; aterra pensar que no la noten,
aterra pensar que la espuma amarillenta y la grasa conver-
tida en jabón de un cadáver bondadoso sean las mismas que
las de un cadáver maligno; que el bien y el mal no estén di-
ferenciados a través de putrefacciones diferentes; que el bien
y el mal acaben en la misma pestilencia, en el mismo tipo
de larvas y hongos.
Tal vez por eso hice bien quemándolos, pero no lo creo.


Manuel Vilas. Ordesa. Alfaguara, 2018.
   

viernes, 6 de julio de 2018

59. Manuel Vilas


Un día dejó de preocuparse de su coche. un Seat Má-
laga antiguo. Siempre se había angustiado por su coche
obsesivamente, por cuidarlo, por tenerlo siempre en per-
fecto estado. Lo abandonó en un garaje y dejó de conducir.
Fui yo mismo a ver el coche, y estaba lleno de polvo.
Se lo dije: "Papá, el cohe está lleno de polvo".
Me miró, y parecía que eso sí le hacía mella.
"Era un buen coche, haz lo que quieras con él", dijo.
Cuando se desentendió de su coche, supe que mi pa-
dre iba a morir pronto; supe que eso era el final.
Fue uno de los momentos más tristes de mi vida, mi
padre me estaba diciendo adiós por una máquina inter-
puesta.
En vez de decirme: "Tenemos que hablar, esto se aca-
ba", me dijo: "Era un buen coche". Dios mío, cuánta her-
mosura. Viniera de donde viniera el espíritu de mi padre,
estaba tocado del don de la elegancia, del don de lo inespe-
rado, de la ingenua originalidad.
Del estilo.
Me senté en una silla de la cocina, y me lo quedé mi-
rando. Me puse muy nervioso. Me angustié mucho. Solo
yo en todo el universo sabía lo que significaban esas pala-
bras, "haz lo que quieras con él".
Me estaba diciendo algo devastador: "Haz lo que quie-
ras conmigo, no percibo tu amor".
No percibo tu amor.
No te amé lo suficiente, y tú a mí tampoco.
Fuimos condenadamente iguales.


Manuel Vilas. Ordesa. Alfaguara, 2018.