lunes, 23 de marzo de 2015

UNA BALADA BALBUCEADA ENTRE ESCOTES. 12



12
Escribir como escupir” tituló Leopoldo María Panero

Escribir como vomitar
Arrojar con violencia sobre el papel el intestino y mirar su textura informe y sentir alivio y oler su mal olor y comprender que no es reversible ni reciclable
Comprender que es inútil e inevitable como la pesadilla.

Inacabado
poème abandonné

Paul Valéry


Del poemario inédito "Copenhague".

lunes, 16 de marzo de 2015

EL COMULGATORIO. Manuel Vilas


Es posible que no conozcas demasiado las afueras de Zaragoza:
ese mundo ambiguo, fronterizo y misterioso.
Ya no son suburbios las afueras.
Son un combate lento entre el ladrillo y la tierra,
entre el asfalto y el erial,
entre la farola y la luna.
Entre muertos y vivos.
Entre santos y pecadores.
Entre gladiadores y cristianos.

Más allá de Torrero, más lejos del Actur,
allá donde los efluvios del Carrefour terminan,
más allá de Las Fuentes,
hay un mundo de calles asfaltadas con fantasmas
que terminan en huertas sin frutos
y acequias sin agua,
de bares al lado de escombros desesperados
que dejan ciega la mirada,
bares desolados, de casetas de campo
junto a grúas recién puestas,
de albañiles tristes que hablan en rumano,
convertidos más tarde
en locos vampiros llenos de luz con baterías muy baratas,
todo es barato en este reino mío,
de neumáticos torturados,
de pequeñas tiendas que despachan pan industrial
y golosinas calientes.
Las afueras son también un reino de juventud:
allí es donde los jóvenes de treinta años tienen su futuro,
su piso y su larga deuda con los hombres viejos.
Porque los hombres viejos tienen el poder y la nada,
tienen las leyes y el dinero, y mujeres viejas, a quienes
ya no se follan -porque todo es una mentira inabarcable-
y son dueños de los techos, de las paredes,
de la domesticación del frío,
del pegajoso frío.

Allí les esperan dorados domingos para disfrutar
del salón de diecinueve metros cuadrados,
de la cocina de siete, del "dormitorio-suite" de diez,
así lo llamó el constructor el día de la firma del contrato,
de la plaza de garaje que protege del bárbaro viento
de los desmontes recién urbanizados a un Corsa del 87,
y de las magníficas vistas a la autopista de Barcelona.
Mira esas vistas, cariño,
mira ese ardor del sol contra nosotros,
mira cómo nosotros acabaremos como ellos,
como esos tipos que nos han vendido esta mierda,
cómo seremos leña roja y almas baratas,
así que deja que te lo haga esta noche,
es lo único que tenemos. Deja que me coma
lo que ellos no tienen: tu carne blanca y dulce
y que apague
tus gloriosas ganas de follar. Es nuestro reino.

Cuando llegue el insomnio, que llegará, cuenta,
para no volverte loco, amor mío, cuenta el número
de coches que pasan
a doscientos kilómetros por hora
(provistos de aparatos
altamente sofisticados que detectan los radares
de las baratas autoridades policiales españolas)
en madrugadas tan insignificantes
como las golosinas que venden en la tienda de la esquina.

Amor mío no puedes dejar tu trabajo, amor mío
si quieres follamos hasta morir, pero por favor
no dejes tu trabajo.


Manuel Vilas. AMOR (POESÍA REUNIDA, 1988-2010). Visor Libros, 2010.




viernes, 13 de marzo de 2015

LA TURISTA. Carmen Camacho


Somos, solo, consecuencia económica
de un vuelo charter,
lo demás es mentira.
RAFAEL PÉREZ ESTRADA


Encontré en la calle al hombre de mis sueños.

Apostado en una pared encalada, tocaba la guitarra. La
hacía sonar bien, oh sí, realmente bien. Al escucharla supe
que aquella música era lo único verdadero que sucedía en
aquel puerto de parada indispensable en los cruceros por el
Mediterráneo.

Aquel muchacho y yo nos miramos a los ojos. Era exótica-
mente hermoso. Nos sonreímos. La música seguía saliendo
de entre sus dedos.

Supe de pronto y con certeza que lo amaba.

Le eché en la gorra veinte dólares.


Carmen Camacho. VUELO DOMÉSTICO. EL GAVIERO EDICIONES, 2014.







jueves, 12 de marzo de 2015

Rey del jueves


Calvas las hay que muestran sus billetes
Como si se tratase de hélices libres
Bache y avión
La primera charca del tablero
Tela del infeliz de la clase
A oscuras solía comportarse y hablar
A primera hora del volcán
Las rayas de sus granos
Arrancaban serpientes de los parques
Un jueves cualquiera diremos que las mesas son
Solamente eso
Heces de mosquito.


lunes, 2 de marzo de 2015

CHICAS BONITAS (1)


1
TAMARA

Haciendo abdominales mi hermano
Miraba por la ventana y sólo le veía los pies
Coloqué mi rodilla entre sus piernas
En aquella habitación todos los curas del mundo flotaban
Pero sus cabezas no
Por lo que los ríos de cabellos talaban sus muñones
Me dijo que me mataría al día siguiente
Yo que a través de la ventana sólo le veía los pies
Y debajo de la cama los maullidos te dejaron sorda
Atado a un coche de juguete no puedo moverme
Y tú con tus pies pequeños a punto de arrancarlo
Pero no tiene gasolina
Si hubiese tenido mi piel habría ido derecha a la habitación donde mi hermano hace abdominales
Donde la luz entra agarrada a las piernas de las mujeres
Tantos maullidos te dejaron sorda
En tu jaula compuesta de carne humana
A tu jaula sólo entra él con bastón y sombrero
En la boca muerde una baraja de cartas
Tú sólo sonríes tonta
Yo miraba por la ventana y sólo le veía los pies
Debajo de la gran ola de madera
Tu cuerpo estaba en la jaula con él
Tres palomas muertas colgaban del ala de su sombrero
¡Vivo en un país de sombreros y gabardinas!
Haciendo como estoy árboles con el aluminio de las bicicletas
Y mi hermosa mujer con la boca muy abierta
Le cabría un coche de juguete
Le cabría un coche de juguete incluso conmigo atado
Mi hermosa mujer está muerta
Murió sorda
La encontró la policía tras meses de búsqueda
En el maletero de un coche de juguete.


Del poemario inédito "El chico que se peinaba con un revólver".