Somos, solo, consecuencia económica
de un vuelo charter,
lo demás es mentira.
RAFAEL PÉREZ ESTRADA
Encontré en la calle al hombre de mis sueños.
Apostado en una pared encalada, tocaba la guitarra. La
hacía sonar bien, oh sí, realmente bien. Al escucharla supe
que aquella música era lo único verdadero que sucedía en
aquel puerto de parada indispensable en los cruceros por el
Mediterráneo.
Aquel muchacho y yo nos miramos a los ojos. Era exótica-
mente hermoso. Nos sonreímos. La música seguía saliendo
de entre sus dedos.
Supe de pronto y con certeza que lo amaba.
Le eché en la gorra veinte dólares.
Carmen Camacho. VUELO DOMÉSTICO. EL GAVIERO EDICIONES, 2014.
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