El monte
Tan amarillo como ventanal miga
A la sombra de la iglesia
Sonoridad medida con el rumor social de la uva
Apenas escribo cuando la arruga enseña sus dientes
La pobreza de las ratas
Que entre corchos de metal construye el hotel del mundo
Soñar es sólo abrir los ojos en un parque
Tendido
Cara al sol
Con los pantalones bien bajados
Escuchando música de tejado
Soñar es escupir saliva sin mojar el suelo.
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