lunes, 16 de julio de 2012

Agustín Fernández Mallo


Si es verdad que un cuadro no es más que una man-
cha interpretada, fue verdad que tus labios eran peces
resucitados al masticar el pescado. Fue verdad aquel
meditado movimiento de los cubiertos entre tus
dedos. Fue verdad el bisbeo de la fuente. Fueron ver-
dad tus labios en la mousse, y la copa triangular de
cuello alto [pubis transparente], y la esfericidad de tus
ojos, y el infinito azul de los pezones; aquella noche.
Si es verdad que un cuadro no es más que una man-
cha interpretada, yo era el intérprete y tú la mancha.
[Ahora me pregunto cómo fue posible tanta belleza.]

Agustín Fernández Mallo. Yo siempre regreso a los pezones y al punto 7 del Tractatus. ALFAGUARA, 2012.



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