viernes, 3 de agosto de 2012

LAVAPIÉS, OTOÑO 06. Carlos Salem


Los vecinos sacan punta
a sus miradas agudas
padecen las ventanas de legañas
y por la acera paso en dirección prohibida.

Un gato masca ratones de hojalata
un borracho sin nada que olvidar
recuerda
al pisar la calle
y vuelve al bar.
Desde la niebla hecha de vallas
al sur de tirso
llega un coche propulsado por el ruido
y el conductor se ufana
pobre iluso
como si fuera él
el que conduce.
Una muchacha con ojos de ventana
(sin legañas)
imprime las baldosas de tacones
y en las paredes
el braille de carteles superpuestos
me informa que otra vez llegaré tarde
al único lugar en que me esperan.
el gato ha dejado sus faenas
y me mira
con cara de tasador inmobiliario
acelero el paso
para dejarlo atrás
creo que corro:
hoy tengo el alma
ligeramente
arratonada.


Carlos Salem. Si Dios me pide un Bloody Mary. YA LO DIJO CASIMIRO PARKER, 2008.

1 comentario:

  1. Un poema absolutamente meritorio, con una convulsión de imágenes propias del reino de la ensoñación. Al pasar por el "gato masca ratones de hojalata" sentí el frío metal del acero en la boca, como cuando se saborea (en un acto involuntario) el utillaje propio de la cocina.
    Me gusta la decoración interior: las muchachas con ojos de ventana, párpados de persiana y pestañas como cortinas. Los tacones "imprime baldosas" con su ritmo equino, incitan a cabalgar a la portadora de tales artilugios, dignos del magnetismo animal mas refinado y requerido por las féminas.

    ResponderEliminar