martes, 16 de octubre de 2012

EL MONSTRUO DEL FIN DE RAZA



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EL MONSTRUO DEL FIN DE RAZA

Detenido Leopoldo María Panero la miró
Miró su esparcimiento
Tendida con un pelo negro de su pubis en la boca de espumillón cantaba “Si tú me dices ven lo dejo todo”
½ hora después (ya había asumido el circuito de su O que separa lo continuo de lo discontinuo)
Miró el menstruo pelirrojo y adiposo que le resbalaba entre los muslos
½ hora después (ya había consumido con la mente en las nubes el circuito de su O que separa lo continuo de lo discontinuo) ojeó sus piernas
Abiertas y ligeramente dobladas
El menstruo resbaló por el circuito de su O y Leopoldo María Panero lo dispuso en su regazo y lo limpió mansamente con un pañuelo blanco de tela que llevaba unas iniciales bordadas en hilo
Pronto comenzó a salir de la animosa boca recién nacida un árbol
De corteza estriada
Venosa
En la que
El insecto empollaba poesías donando el calor de sus pedos
De una de las ramas
Colgado por el cuello
El hombre donaba el esperma con el que las mujeres tejían las sogas
Quería deshacer el nudo que inútilmente le sujetaba al bebé de la nada
El alumbramiento del menstruo era un desastre
Igual a un terremoto o a un incendio
Pero el menstruo fundó el ayuntamiento de la ilustración
El ahorcado donaba su esperma con el cual las mujeres elaboraban la vida
Que está apestada de comuniones en lonjas
Leopoldo María Panero quería mondarse los dientes con la pluma de un ágila para sacar la carne del cordero y deshacer el nudo que inútilmente le ataba al bebé que no existe
Ese be be que se escuchó allá en el matadero y que se acalló después
Ese be be que está grabado en la corteza del árbol
La araña atravesaba su calavera donde
Había tocado alegría
En su sala de fiestas donde
Había tocado música rock and roll
La serpiente dormía enroscada en la cavidad de su esternón
Aún vestido con la chaqueta larga en tono negro de tipo cruzado confeccionada para alcanzar el lujo absoluto
Y los niños
Venían de la boda con las manos y los bordes de los labios cubiertos de pasta de chocolate negro
Que tenía no obstante el aspecto del excremento
Asimismo los viejos
Venían
Con las manos y los bordes de los labios cubiertos de excremento
Que tenía no obstante el aspecto del chocolate negro
El ahorcado donaba el esperma con el que se escribían los poemas
El apellido fue embargado por el menstruo que habló así y una cucaracha negra le recorría la boca
“¡Besa mi frente!
Está invertebrada mi broma de carne
Besa mi frente” decía
Había visto el útero ya
Estuvo allí
Decía que sobrevolaban los buitres
“¡Besa mi frente!
Pon los labios aquí
Sobre mi testamento” decía.

Inacabado.
poème abandonné”.
Paul Valéry.

Del poemario inédito "Leopoldo María Panero".


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