Mi lunar
precipitado al regazo fraudulento
Los muslos blancos
como macetas
Vacuo el olor a
tornillo en la mano
Estertor de tetas
La americana con
todo dentro
Dogales de metralla
en todos los flancos
¡Aquí allá!
En todos los bucles
de mi esqueleto se enajenan discretos los poros de la musaraña
Sentir la lisonja
en los labios
Mi quemadura en el
torso cual estrella que penetra en la madriguera del eructo
En la cuneta mi
máscara de clérigo
En la tempestad del
enredo de tu pelo mi misión a Mercurio
En la pared
pintamos nuestros nombres
Tus manos
Menudas
Salvajes
En la extensión del
ladrillo rojo
Multitud de
enfermos
Estuve a los mandos
de ese Mercedes
¡Fue maravilloso!
Sorber de las olas
su matriz
Rehusar a congelar
la aurora para dibujarla
Tengo que irme
Pronto el sollozo
será inconsolable.
Inacabado.
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