La risa
Era malcarada
Y no quería darme fuego
El mechero es mío
No tuyo
Decía
Y yo no quería quemar Roma
Quería quemar políticos
Quería quemar banqueros
Y que las rosas más rojas de los jardines privados pincharan los dedos de las señoras peripuestas y perfumadas
Yo lo que quiero es que nos riamos nosotros
No ellos
Que se ríen tapándose la boca
Tapándonos los oídos
Les entregamos la casa de mis abuelos
Mi abuela se chupó el dedo para quitarse la alianza en la casa de empeños
Mis padres me compraron todos aquellos libros
Entonces no estaban prohibidos
Los leí despacio
Como ese que está mirando la repetición de un penalti a cámara lenta
Repetí algunas frases en sus cenas
Y me insultaron
Nombré territorios donde no hace frío
Y me levantaron de sus mesas
En las que solo había carne
Mis padres también me compraron toda aquella ropa
Pero no me dejaron entrar a sus fiestas
Toda aquella ropa
La uso ahora para calentarme
Y los libros los uso también
Ellos se ríen
Y me dan fuego.
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