jueves, 31 de octubre de 2013

"15 Imágenes de Joanna en Varsovia" en Fosfatina



Adriana Bañares lee dos textos de "15 Imágenes de Joanna en Varsovia" en el programa Fosfatina del día 30 de Octubre (Entre los minutos 24 y 27)

Pincha en el siguiente enlace para oír el podcast:


Fosfatina se emite en directo todos los miércoles a las 20h desde CCKradio




miércoles, 30 de octubre de 2013

EL POETA QUE QUISIERA SER. Jorge Espina


-El dinero es poder
sacrifícate un poco más.

-Pero yo amo a mi mujer y a mis hijos.

-Observa la naturaleza,
los árboles...

-Pero yo amo a mi mujer y a mis hijos.

-El éxito, la fama,
déjate ver
acude a los actos literarios,
corteja a la prensa,
hazte notar.

-Pero yo amo a mi mujer y a mis hijos.

-Quédate después de la lectura,
firma tus libros,
festeja con tus lectores hasta altas
horas de la madrugada.

-Pero yo amo a mi mujer y a mis hijos.

-Déjate querer, si una mujer bella
te reclama,
piensa que el poeta debe permanecer
siempre enamorado.

-Pero yo amo a mi mujer y a mis hijos.

-Si la Musa te lo pide,
abandónalo todo
ella no espera.

-Pero yo amo a mi mujer y a mis hijos.

-Olvídate de cambiar el mundo,
es imposible,
otros lo han intentado
y para qué, para quién.

-Pero yo amo a mi mujer y a mis hijos.

-Todo el mundo tiene un sueño
¿cuál es el tuyo?

-Yo amo a mi mujer y a mis hijos.


Jorge Espina. VOLVER AL PAN, LLEGAR A CASA. Canalla Ediciones, 2012.



lunes, 28 de octubre de 2013

miércoles, 23 de octubre de 2013

VISIONES DE JOANNA. Vicente Muñoz Álvarez


No conozco personalmente a Jorge Heras. Apenas sé nada de él: que firma a menudo con el pseudónimo de Baptiste Bleu (evocando a Louis Aragon y su Aniceto o el panorama. Novela); que tiene un estilo muy personal, híbrido de diversas tendencias y estéticas, pero intenso y reconocible; que le han editado en la red un poemario titulado Apología de la Muñeca de Bellmer (Groenlandia, 2010); y que gestiona un blog llamado Je est un autre, donde sube regularmente sus textos. Eso es todo cuanto sé de él a día de hoy y, sin embargo he aceptado su invitación a escribir este prólogo, porque sinceramente creo que la ocasión lo merece: 15 Imágenes de Joanna en Varsovia (como todo lo que he leído hasta ahora suyo) es un poemario inclasificable y atípico, fascinante y magnético y, de algún modo, no tengo reparo en decirlo, tocado por el talento y la gracia.

En cualquier caso, lo cierto es que hay poéticas sobre las que es fácil escribir y otras sobre las que no, y la de Jorge Heras, no me cabe duda, pertenece a estas últimas. Sus poemas son densos y ambiguos, a menudo delirantes, caóticos e imprevisibles, llenos de imágenes y de matices y susceptibles de ser leídos e interpretados de diversas maneras. Aunque lejos del hermetismo y la frialdad de la poesía pura, del distanciamiento y la abstracción que la caracteriza, hay algo tremendamente cercano y cálido en ellos, nostálgico y coloquial, y eso, a mi juicio, es lo que los hace especiales.

En primer lugar, la banda sonora que los acompaña: Bob Dylan (y su Visions of Johanna, que parece inspirar el título del libro), Leonard Cohen y Nacho Vegas, a los que el autor cita expresamente al comienzo y cuya presencia y acordes flotan cadenciosamente a lo largo de todo el poemario, confiriéndole un aire pop que contrasta con la profundidad de los poemas.

También la temática de fondo que abordan, el amor visceral y arrebatado, tan universal como la propia poesía, aunque desarrollado aquí con una voz muy poco convencional, como comprobará el lector nada más leer los primeros versos del libro.

Y finalmente la efervescencia casi lisérgica con la que están escritos, un discurso psicodélico, exuberante y febril, que destila optimismo y vitalidad por los cuatro costados, pura celebración del presente.

Todo ello sin menoscabo del ritmo y la musicalidad, importantísimos en este poemario, que son la piedra angular sobre la que se sustentan sus versos, más allá (mucho más) del significado que aparentemente transmiten, sumiéndonos en una especie de trance hipnótico y revelador.
El libro, estructurado en quince capítulos (imágenes), rememora un viaje iniciático del autor y su compañera, Joanna, a Varsovia. Tomando como punto de partida algunas fotografías del mismo, Jorge Heras despliega todo un arsenal de recuerdos y citas, de emociones e imágenes que giran como sombras chinescas frente a los ojos del lector, precipitándole a una especie de realidad aparte (que diría el maestro Castaneda) o universo paralelo, caleidoscópico y distorsionado, como reflejado en un espejo hecho añicos.

Universo o realidad, la de este libro, que al menos a mí me recuerda mucho a la de un (buen) viaje de LSD, intuitiva, caótica, imprevisible y deliciosamente marciana.

Cada lector, en cualquier caso (y esto es lo que engrandece a la poesía), extraerá de este poemario un mensaje distinto, ya que hay en él muchos niveles y capas temáticas superpuestas, pero lo que está claro es que a nadie le dejarán indiferente las asociaciones poéticas y el lenguaje utilizado, gaseoso y enfebrecido, sorprendente y alucinado, como llegado de otro planeta, y el ritmo hipnótico con el que están engarzados los versos.

Las citas de Leopoldo María Panero (omnipresente en todo el poemario), las imágenes vaporosas de Varsovia, los fantasmas de los nazis, los hoteles, la nieve y el frío, el eco de los surrealistas, la nicotina, las canciones de Dylan y, muy en especial, la presencia tutelar de Joanna, sobre la que gira todo el discurso del libro (y sus muchas digresiones), son el contrapunto musical que armoniza esta peculiar sinfonía que Jorge Heras ha compuesto para nuestro personal disfrute.

Aunque, vuelvo a decirlo, 15 Imágenes de Joanna en Varsovia es un poemario para ser leído, más que declamado o analizado, porque su encanto reside en la sonoridad y luz interior de los versos, en las asociaciones mentales que evocan sus palabras y en esa peculiar mixtura de cultura pop(ular) y vanguardia, de música y filosofía (no en vano se cita a Hegel y Schlegel, entre otros), que resulta de lo más refrescante e innovadora.

Personalmente tengo la sensación, cuando lo releo, de estar escuchando un LP de 15 canciones con un hilo conductor común, Joanna, que me tocan fibras ocultas al fondo del corazón y me transportan a luminosas realidades paralelas.

Ahora les toca escucharlo a ustedes.

Sintonícenlo en sus aparatos y disfruten la experiencia.




Vicente Muñoz Álvarez, Junio de 2012.


Prólogo de "15 Imágenes de Joanna en Varsovia". Ediciones La Baragaña, 2013.




sábado, 19 de octubre de 2013

18. THE MAN WITH THE X-RAY EYES. Mario Cuenca Sandoval

sólo vemos el diez por ciento del universo


Mis amigos afirman
que pienso demasiado en las cosas inertes
Me gusta analizar el mineral del miedo
el alma de las piedras su discurso

Yo he mirado hacia el centro
de la Tierra seguro de que allí
encontraría el eje de la vida
el eje chirriante de este mundo
que Bjaaland halló en el Polo Norte
Y estoy en condiciones de afirmar
que la vida carece de un centro geográfico
que el malestar desciende sobre todos nosotros
desde aquel tubo de neón
y desde aquella nube con forma de revólver
y desde aquella piedra afiladísima
que llevas escondida en tu bolsillo
-recuerda: puedo ver todo a través-

El malestar desciende
desde cualquier esquina
No existe nada parecido
a la capitalidad del dolor
Sede central del dolor
Naciones Unidas del dolor
porque el dolor funda nuevas colonias
cada día
aquí y allá Muy cerca de este punto puede ser
muy cerca del sillón en que dormitas
todas las tardes frente a la TV
y piensas -quién lo sabe- en tu destino
e ignoras la extensión de tu ceguera
(sólo vemos el diez por cien del universo)
El dolor sobrevuela tu existencia pequeña
Tú solamente exploras aquel azul cobalto de las venas
el azul que compartes con la muerte
Y miras la ventana

Cuidado con los francotiradores


Mario Cuenca Sandoval. GUERRA DEL FIN DEL SUEÑO. LA GARÚA libros, 2008.

jueves, 10 de octubre de 2013

POEMAS BASADOS EN EL “SUPERVIVENCIA” DE HOUELLEBECQ (Y EN EL CARREFOUR) (2)


2
(“Nuevos planes, idénticas estrategias”)

Miro la comida enlatada y pienso que el destino de los hombres es similar al destino de las materias primas
Sospecho que no tengo sentimientos genuinos
Si acaso tengo una lista con emoticonos
Me queda el simulacro y el homenaje y la falsificación
Me acuerdo de que también hay risas enlatadas en las series de televisión que pretenden mostrar de un modo realista la vida cotidiana
Miro el letrero
“De oferta”
Digo “De oferta” y sale el sonido de las patatas en la freidora de un McDonald´s
El negro seguía en la puerta del súper pidiendo limosna
Declamaba sobre el fin del mundo y la resurrección de la carne
Se le podía oír desde dentro en el pasillo de las conservas y de sus grosísimos labios salía el sonido de las patatas en la freidora de un McDonald´s
Mira a esos ejecutivos perfectamente afeitados
Les afeita el barbero todas las mañanas
Todos los barberos de este mundo hacen cola para afeitarles
Mientras
Seguramente
Leen el Frankfurter Allgemeine en sus tablets
Después
Seguramente
Al salir
Se despiden con la mano y echan la calderilla en el vaso que el barbero tiene puesto junto a la puerta
Míralos están hablando de la sociedad
Calla que tú no sabes
Están hablando
Siempre lo hacen y de sus finísimos labios sale el progreso que también es fino y blanco
Me acuerdo de que también hay aplausos enlatados
Me acuerdo de una canción de Nacho Vegas
De la parte que dice

Y tengo un ambicioso plan, consiste en sobrevivir”.


Del poemario inédito "Versiones".

lunes, 7 de octubre de 2013

Un pez en un vaso de vino


Me quema la unción extrema de zumo de lentejas
Sobre el mármol de la planta de mis pies
Ruidos ensordecedores calumnian un hilo de corbata por colorear
Es manta para voces fantasmales
Una cigarra sin nadie a quien fermentar
Con sus acuosas perforaciones
El pigmento de tu vientre tiene hélices
Donde antes sólo existían los simios que beben café
La maqueta de tu risa
Se adentra por los ojos de todas las butacas
Como si fuesen mujeres comprando pescado
Es una enorme mano agujereada por trompetas
Los animales son blandos
El tranvía de noche inflama la rodilla del vagabundo
Las cosas no son más maniquí que un enfermo de sida
Son así
Instrumentación militar para leer cuentos detrás de una señal de tráfico
A una vieja trapecista retirada tras enviudar de repente a los diez años
Soy tu marido
Puedes contarme cualquier cosa
Espera encenderé un cigarrillo y ya está
¡Dispara!
¡Escúpelo todo!
No temo a la noria
Sólo si me apunta a la sien con su pescado crudo
Pero en fin todo el mundo
Todo
Siente alguna vez cómo sus tobillos se desploman
Y cómo lo desayunado aguarda al séptimo tiburón en el Metro.