martes, 24 de febrero de 2015

COMA. Carmen Camacho


Quedé con Dasha. Al caer la noche, junto al puente, en
la garita vieja. Casi se mea encima cuando abrí la mochila y le
enseñé lo que escondía. La botella. Por fin. La abrimos para
probarla. Nunca más se supo de nosotras.

Desde entonces vagamos, tomadas muy muy fuerte de la
mano, entre la espesa niebla. Ya casi no oímos los ladridos
y las voces que, como desde otro mundo, gritan nuestros
nombres.

Llamamos a cada una de las puertas que vamos encontrando.

No nos gustan quienes abren: son señores gordos, con manos
grandes, que nos sientan en sus rodillas y nos aprietan la
cara contra sus bocas para decirnos cosas feas.


Carmen Camacho. VUELO DOMÉSTICO. EL GAVIERO EDICIONES, 2014.





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