La fiera tiene una buena colección de látigos.
Le gusta castigar.
De noche se dispara su furia.
A pocas mujeres les apetece
que las azote.
A veces se lo piden tímidamente.
La fiera ve ratas
que se esconden veloces
en la oscuridad.
Entonces escribe un haikú:
El látigo
ella se contrae
El amor
Sólo cuando le piden con vehemencia
que las azote
se da gusto.
A veces se encuentra con algunas mujeres
mucho más pervertidas. Locas. Desesperadas
que le gritan:
¡Estúpido, no preguntes!
¡Acaba conmigo! ¡Destrózame!
Y beben durante días enteros
y suceden cosas que es mejor callar.
Después, la fiera camina como un loco
sin rumbo por la ciudad.
En Denfert Rocherau
se mete en las catacumbas.
Ensucia sus manos tocando los huesos
y el polvo. La mierda de las ratas.
No sabe dónde está.
Solo bebe agua
y espera que la locura ceda.
Hasta que al fin encuentra el camino de regreso.
Y dibuja esos hombres feroces
con los pelos erizados
y un gran falo erecto.
Eyaculando en la noche.
Pedro Juan Gutiérrez. Morir en París.
Tomado de la página Todo sobre Pedro Juan: http://www.pedrojuangutierrez.com/
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