ves tú el alineamiento de cadáveres en mí?
se trata del puente de los dolores en rangos coagulados
de edades
la moribunda oscilación de sentimientos que no se alum-
bran ya
el frotar de los ojos contra la dura luz ves
a pesar de todo el argumento de lanzar cartas de lluvia
en el cubo de la basura
las plantas trepadoras de tus venas
luchan con el peso de la luz escarpada
sus dedos espasmódicos cercan mi cabeza y la noche
liberta a las leyes del carrusel de espinas
cerebro en el que los canales desembocan al amanecer
en el nudo del día y de la noche cuando ambos se es-
trechan las manos
en la fuente de los caminos bordeados de pelos y de
dientes
el tiempo recorre las calles a lo largo de los adioses
mientras que sobre la acera las juglarías del demonio
aparecido
crepitan en fugitivas chispas entretejidas de agua
y en los corazones el sonar de groseras fanfarrias
llevan los años a la conquista de las cóleras
ahora la cúpula del silencio sitúa su bonete sobre la
ciudad
un ángel no tiene miedo en permanecer suspendido del
aire
después de haber tirado la llave por la ventana
cual es esa perpetua sonrisa que nos mira
y que en las noches de verano llamamos misterio
el secreto en tu oreja hace brotar flores frutos en los
pendientes
el alfabeto de tu collar de dientes
eres tan hermosa que no lo sabes
en el resplandor de las antiguas columnas cadenas de
rimas
lleva al cielo su carta de amor
sin encontrarlo sin encontrarlo
el tren desgarra el país.
Tristan Tzara. El hombre aproximativo. Colección Visor de Poesía, 1982.
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