lunes, 28 de junio de 2010

DE LA SIEMPRE CAMBIANTE AGITACIÓN DEL AIRE. Jorie Graham.






El hombre se llevaba las manos al corazón mientras bailaba.


Daba vueltas, ligero, relajado.


Se desdibujaron las puertas


de la pequeña ciudad. Algo


se filtró,


reanimando los marcos,


haciendo menos verdadera


cada entrada.


Y comenzó a oscurecer


aunque no cae... Y el pequeño baile,


balanceando a este humano a lo largo de la calleja,


breve tema nervioso pulsando hacia delante,


trenzándose, ensayando,


constantemente incompleto, girando por ello, hilvanando -pero


¿qué es lo que urge terminar?- sus ropas cada vez más rústicas en el


remolino rojizo,


que se oscurece, por supuesto, hacia el final de la avenida,


una mano en su pecho,


la otra colgando a un lado mientras baila, canta, zapatea,


con sus pies, tarareando un poco,


cerrando los ojos mientras da vueltas, alejándose,


¿por qué sale el sol? Recuérdame siempre, cariño, algún día


volveré-


la libertad dejando su rastro en el aire de la tarde,


aire que abre las lilas, que levanta las faldas,


la libertad y el ojo ensangrentado escorándose suavemente hacia la


tierra gigante,


y el gato en el umbral que no equivoca el mundo,


vigilando los puntos donde habrán de posarse los pájaros.




Jorie Graham. LA ERRANCIA. DVD Ediciones, 2007.


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