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Del aspecto de la boda goteaban buitres de escayola
Y olían a orina
Y del puñado de monedas de cinco centavos brotó un ojo que era una ola
Un ojo tuyo
Ni siquiera el Leñador podría talarla
Una ola para estar a salvo de la lluvia
Una ola para estar a salvo de secuestro
La última vez que me secuestraron fue a la salida del Norte Bar
Me metieron en el maletero del coche y me llevaron a Madrid
A la plaza de toros de Las Ventas
Me liberarían a condición de que torease dos toros bravos en la siguiente corrida de San Isidro
Y lo hice
Toreé dos toros bravos
En el primero hubo silencio y en el segundo palmas
El ganadero lloró y Esther me esperó en la habitación del hotel abierta de piernas
De la sangre del toro brotaban fotografías de grupos de chicas
Los ojos del toro como los anos de las chicas perdiendo la virginidad de sus anos
Al entrar a matar en el primero pinché dos veces y en el segundo le metí la estocada hasta la bola en el primer intento
Y el corazón del toro como los anos de las chicas perdiendo la virginidad de sus anos
Había buitres de escayola dispuestos en los burladeros
Y gente con manchas de sangre en los tendidos
Todas las camisas del mundo chorrearon sangre
Esta ola me pone a salvo del hacha del Leñador
Me pone a salvo de secuestro
No quedaba nadie en la fábrica de bodas
El río fue drenado para rescatar el cuerpo de la chica
El inspector me contó más tarde que había sido violada por el ano y asesinada a golpes
De la lengua del inspector goteaban buitres de escayola
Y olían a orina
“La orquesta toca mientras el barco se hunde” me dijo el inspector mientras se quitaba los guantes de látex
¿Qué querría decir con eso de la orquesta?
La sangre del toro se filtraba por la arena haciéndola barro
Desde aquí no lo veo pero si miras desde arriba verás miles de fotografías de grupos de chicas esparcidas por la arena
Hay fotografías de grupos de chicas en mis manos y en mis mejillas
Y también en el traje de luces
La fábrica de bodas está vacía y de sus techos gotean fotografías de grupos de chicas
De tus pechos se descuelgan tres lunas blancas
En un cráter de una de ellas el maestro Jedi blandía su espada sobre la tez del derrame de una rubia trenza tuya
Le di tres puñetazos al cadáver del primer toro
Le di tres lunas a Esther a cambio del olor de sus bragas
Tres lunas que resbalaron alguna vez por tus tetas
Tus tetas siempre turgentes y blancas
Tres lunas que resbalaron alguna vez por tus labios
Tus labios como plazas de toros y en una de ellas yo frente al toro bravo
Un toro bravo de quinientos kilos de peso
Tenía las astas algo astilladas tras embestir antes contra el burladero
Pero en esos cuernos no entra el aire
Y yo frente a él con el traje de Jedi
La gente en los tendidos con la camisa cubierta de fotografías de grupos de chicas
La gente en los tendidos con la camisa cubierta de fotografías de grupos de chicas
La gente en los tendidos con la camisa cubierta de fotografías de grupos de chicas
La gente en los tendidos con la camisa cubierta de fotografías de grupos de chicas
La gente en los tendidos con la camisa cubierta de fotografías de grupos de chicas
La gente en los tendidos con la camisa cubierta de fotografías de grupos de chicas
Llegué a la habitación del hotel y fui inmediatamente al baño
Me miré al espejo
Largas patillas poblado bigote
Grandes gafas de sol un poco traslúcidas
El pelo ni largo ni corto y ondulado con raya a un lado
Traje negro de raso
Grandes solapas la americana y algo acampanado el bajo del pantalón
Camisa blanca y corbata negra con nudo ancho
Tenía las manos llenas de fotografías de grupos de chicas
Salí y fui hacia el cuarto
Allí había una chica sentada en una butaca próxima a la cama
Me miró
Sus ojos eran muy azules
Se reía a carcajadas
Retirándose el pelo de las mejillas me pidió que me acercara a ella
Su pelo era muy liso muy rubio y muy largo
Lo hice y vi que sus manos también estaban llenas de fotografías de grupos de chicas
Entonces sin dejar de reírse me abrazó y me dijo al oído “Vienes de destruirte”.
(“poème abandonné”).
Paul Valéry.
Del poemario inédito "Apología de la Muñeca de Bellmer".
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