Llegaron sin respirar
yo fumaba un cigarro tras otro para ponerme amarillo
cuando se desvistieron las mujeres busqué droga en el armario
para calmar la ofensa pero la droga supuraba estrellas de mar
entre mis dientes
todos sabían que estaba fuera de la habitación
yo también sabía que ellos bailaban sobre los ceniceros
la puerta estaba abierta pero en la calle había lo mismo
un hombre saliendo de una habitación y garbanzos que bailan en un cenicero
una palmera hacía el pino mientras coleccionaba cerillas en el ombligo
la noche quería acostarse con cualquiera porque estaba tan sola como un vaso de leche
no era un sueño porque las uñas me crecían
la nieve subió al tren y todos perdimos un amigo
entregué las llaves y seguí rompiendo puertas.
Óscar Aguado. Canción de cuna para un héroe. Ya lo dijo Casimiro Parker, 2008.
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