lunes, 3 de enero de 2011

CUANDO YA NO HAY HENO EN EL PESEBRE. Benjamín Péret.

Si yo tuviera en la cabeza todo el heno que he cortado
que he cortado como cuatro
tendría una cabellera de aurora y mantequilla fresca
pero el heno cortado se va al río
como la pluma al viento
El heno sube y baja
sin saber a dónde va
y los barcos que lo persiguen no lo atrapan jamás
pues el heno cortado tiene alas
alas que lo llevan no importa dónde
a los palacios y a las prisiones
a la boca de los monjes
a la oreja de los sordos
al cuello de los condenados a muerte
a las tumbas ilustres
y a los teatros subvencionados


Benjamín Péret. El Gran Juego. VISOR, 1980.

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