En Auschwitz- Birkenau y Lublin- Majdanek, los científi-
cos alemanes hallaron una extraña variedad de flores de
la familia de las Rosáceas que crecían bajo las cintas trans-
portadoras de los hornos crematorios, fruto de la ceniza
acumulada en los ventiladores. La corola estaba compuesta
por pétalos grisáceos de forma cóncava, y el color de los
pistilos y estambres era ligeramente azulado.
José Daniel García. EL SUEÑO DEL MONÓXIDO. DVD ediciones, 2006.
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